No basta con que haya dos palabras que se escriban igual pero tengan significado diferente. Para que se eche mano de la tilde diacrítica es necesario además que una sea tónica y la otra átona. Por eso no la hay en el par son (‘sonido agradable’, sustantivo) y son (del verbo ser).
Existe ocho pares de monosílabos a tener en cuenta:
a) mí -mi (pronombre personal frente a posesivo),
b) tú- tu (pronombre personal frente a posesivo),
c) él - el (pronombre personal frente a determinante),
d) sí - si (pronombre personal o afirmación frente a conjunción),
e) té - te (nombre de una planta o infusión frente a pronombre personal),
f) dé - de (verbo frente a preposición),
g) sé - se (verbo frente a pronombre personal, marca de impersonalidad, etc.),
h) más - mas (comparativo de superioridad frente a conjunción)
En segundo lugar, los interrogativos y exclamativos qué, cuál, cuánto, cuándo y dónde, quién, cómo.Por último, el adverbio aún- aun.
Para terminar, conviene aclarar que cuando no hay posibilidad de confusión porque no existe otra palabra homógrafa, tampoco es necesaria la tilde diacrítica. Esto es lo que ocurre con el pronombre ti, que muchos escriben erróneamente con tilde por analogía con mí y sí.
Dejo un enlace para poder escuchar la explicación sobre el uso de la tilde diacrítica: